martes, 30 de diciembre de 2014

NUESTRO REALISMO NAIVE



Todos sufrimos de “realismo naïve”, creemos que percibimos la realidad tal cual es, lo que nos  convierte en observadores objetivos, conocedores de la verdad. Nada más falso: no somos más que filtros de la realidad, receptores llenos de prejuicios y creencias.

Pero igual seguimos pensando que vemos las cosas como son y nos construimos narraciones de eso que está allá afuera, explicando el universo, nuestra propia epopeya del mundo en el que vivimos, ya sea que nos veamos a nosotros mismos como héroes o fracasados.

Yo inicié mi historia como un fracasado: me miraba como un cuerpo débil sin belleza, ocupado por una mente oscura incapaz de socializar.  Me tomó diez años transformar esa percepción, y varias personas me ayudaron a cambiarla. Entonces escribí otra historia de mi mismo, que comenzaba con la lectura de los diálogos socráticos, el momento de mi adolescencia en que me visualicé como una especie de vengador ético de la verdad –sin tener una jodida idea de que verdad era esa- y me convertí por muchos años en un aprendiz en busca de maestro, hasta que lo encontré y mi historia épica de ser "el elegido" dio inicio…

Diez y seis años después, me toca volver a escribir mi historia, me toca darme cuenta que todos sufrimos de “realismo naïve”, que es muy romántico buscar maestros perfectos que reciten el zen bebiendo el té, que amen la tierra y prediquen el amor. Que debo aceptar que mi mago de Oz era otro sujeto calvo que movía maquinarias y hacía trucos espectaculares, pero que no era más que un ser humano lleno de temores y ambiciones, como todos, como yo.

Ayer se me cayó el paraíso de mi epopeya, un lugar mágico, el santuario escondido donde mi antiguo maestro velaba por el universo. Ya no existe… y me hace preguntarme si algún día existió, si al final no era más que un cuento que me contaron, un cuento que quise creer, porque en el fondo quería ser engañado, tener la fantasía de que otro mundo es posible y que los maestros perfectos existen…

Nada más peligroso que nuestra propia ingenuidad, bien podría haber sido el seguidor de un sujeto con ansias de poder militar, de un líder político, religioso… o quien sabe que otro tipo de monstruos podrían haberme seducido a comprometerme con ellos, y yo gustoso lo habría hecho...

Es triste saber que uno puede creer ser llamado por la luz, cuando en realidad has estado viviendo en la oscuridad.

Cierro este año con una de las mayores decepciones de mi vida, pero agradezco que sea así, porque eso me permite valorar a los seres humanos que caminan a mi lado, sin pretensiones, sin llamarse maestros ni maestras, simplemente escribiendo historias ordinarias llenas de generosidad y de luz.

Por ellos y por ellas creo en la humanidad.

Ahora el único santuario que me queda es este: mis pensamientos.

Gracias por compartir este año, gracias por leer.


Alberto Sánchez Argüello
Managua 30 Diciembre 2014

Imagen: detalle del grito me Munch

sábado, 23 de agosto de 2014

Mi amigo el dragón. Libro de Wen Hsu y Alberto Sánchez



Presentación de "Mi amigo el dragón"
Ruth Ángulo

Quiero agradecer profundamente a la iniciativa nicaragüense, El fondo Libros para Niños, una organización social, que ha extendido su influencia a toda la literatura centroamericana, y me ha dado el honor de presentarles su nueva publicación:

MI AMIGO EL DRAGÓN.

Este libro es una obra de arte, realizada en colaboración entre Alberto Sánchez, escritor nicaragüense y Wen Hsu, ilustradora chino-costarricense. Ambos, autores admirables, de trascendencia internacional.

Tengo 18 años de conocer a Wen Hsu y su trabajo es un reflejo de su personalidad, de una delicadeza exquisita y un perfeccionismo implacable, amena, noble y honesta, en el reconocimiento de sí misma y de su identidad, que trasluce en su trabajo. Una identidad que ella misma ha ido construyendo, con mucha reflexión.

No es casualidad que Wen Hsu seleccione una técnica milenaria tradicional china, como lo es el papel cortado, y la mezcle con una paleta de colores y unos personajes latinoamericanos, esta es una suma exitosa, que solo Wen Hsu puede llevar a cabo con tanta propiedad, pues su vida misma está inserta en estas dos culturas.

De Alberto Sánchez, a quien no he conocido personalmente hasta el día de hoy, pero con quien he mantenido correspondencia, gracias a la manera generosa en que me ha compartido
sus escritos y avances en proyectos literarios, puedo comentar la imperiosa curiosidad por todo lo que experimenta.

Incansable cuestionador de las ideas más establecidas, psicólogo de profesión, internándose en la psiquis del universo, trabajando por nuevas posibilidades y maneras de mirar al mundo. Consultor de procesos de cambio, revolucionario de perspectivas.

Y con ellos sus editoras: Gloria Carrión y Gabriela Tellería. A quienes debo reconocer públicamente el trabajo hercúleo que representa la promoción de la lectura en nuestra región y que sin embargo han enfrentado con destreza y entrega desde el Fondo Editorial Libros para Niños, que se ha comprometido a llevar por toda Nicaragua, los libros tesoro y el amor por la lectura, a través de la creación de rincones de lectura, espacios de oralidad, recorridos en áreas rurales y participación en espacios públicos, para que los libros encuentren a los lectores sin importar adónde se escondan.

Y que además han constituido de una manera seria y con la más alta calidad, el único concurso centroamericano de Literatura Infantil.

Es a partir de este concurso que se edita el magnífico libro que hoy les presentamos. El Fondo Libros para Niños no se ha arriesgado para nada, tiene en su equipo a  estos dos grandes artistas. Apoyados también por el trabajo de Priscila Coto, diagramadora costarricense y de Celeste González, fotógrafa nicaragüense.

Ya en confianza, me sincero con ustedes de que me encanta ser madrina en este bautizo.

Cuando recibí el pdf de parte de Gabriela Tellería, sufrí de amor a primera vista, así que esta presentación viene siendo una especie de declaración de amor pública.

Mi amigo el dragón no es un cuento, no es un libro didáctico, no tiene ninguna moraleja. Es un libro álbum.

Donde la imagen y la palabra se toman de la mano y no existe una sin la otra. Un libro álbum es una sola obra, como decir una escultura o una canción. Que dispone su ritmo para bailarnos en sus páginas. Donde nada sobra, ni hace falta nada.

Se trata solo de la delicia de vivir en el mundo que Alberto inventa. De deleitarse en las narraciones que las imágenes de Wen sugieren. De conocer nuevas respuestas a las preguntas de los adultos a través de la mirada de un expositor que resuelve desde su fantasía cada incógnita.

No se trata de una narración cualquiera sino de una serie de evidencias, pruebas, testimonios de la convivencia cotidiana con estos portentos, los dragones, presentados por sus amigos, los niños.

Así pues a través de estas explicaciones quedan aclarados los misterios más ocultos como  el aumento de peso, los huecos en las calles, la invisibilidad de los dragones y la dislexia.

¿Ah no me creen...?

Les pongo un ejemplo de una de las dobles páginas de este maravilloso descubrimiento sobre la dislexia, dice así:

“Le digo a mi maestra que mi dragón se comió las letras de mi tarea, pero no me cree. Mi dragón tampoco me cree que la tarea vale puntos”.

Así lo escribió Alberto.

Pero además lo aclara con elocuencia Wen Hsu, cuando fotografía a través de papeles cortados magistralmente el momento justo en que el dragonzuelo se esconde detrás del cuaderno y con su larga lengua pegajosa se roba las letras del alfabeto, tan bien realizadas por su pequeño dueño.

Pero no les contaré más.

Los invito a viajar en las alas de papel que Wen y Alberto han recortado para dejarnos vislumbrar la nueva literatura centroamericana que ya no son solo “libros para niños” sino “libros que también disfrutarán los niños”

Para quien quiera escuchar lo que cuentan las imágenes de la señora Hsu, para quien quiera mirar los colores que expresan las palabras del señor Sánchez. Los dejo acompañados de este nuevo miembro de la familia:

Mi amigo el dragón.

FIL San José Costa Rica
23 de agosto 2014 

Ruth Angulo (Costa Rica 1974)

Autora e ilustradora de textos infantiles, la actual Directora de CASA GARABATO Ilustradores, trabaja desde que tenía 16 años como ilustradora para periódicos nacionales, libros de texto educativos, literatura, revistas y autores independientes. Fundó junto a otros socios la Editorial: Pachanga Kids, con quienes colaboró entre 2004 y 2010. Ha participado como ilustradora en numerosas exposiciones como miembro fundador del Foro de Ilustradores Costarricenses y de manera independiente. Otras obras de la misma escritora: Mi papá está enamorado, Costa Rica Wow, Una indiecita Cara Redonda, El Cofre del Tesoro, Rally Polvareda y Rosco el Mosco. 


Puede conocer más sobre su trabajo en www.casagarabato.com, www.arthabitar.net. 


jueves, 14 de agosto de 2014

MI AMIGO EL DRAGON



En Mayo de este año fui invitado al II Encuentro centroamericano de Narradores “Centroamérica cuenta”, con el propósito de moderar la mesa “El niño dentro” con la participación de Melany Taylor de Panamá, Rosa Beltrán de México y Sebastién Rutés de Francia.

La idea era discutir  cuáles fueron las lecturas de nuestra infancia y de qué manera influyeron o no en nuestro proceso creativo. La experiencia fue enriquecedora para mí, escuchando a estas personas de distintas latitudes y estilos hablando de su niñez, una madre que al hablar evocaba imágenes y metáforas lingüísticas en su hija –futura escritora- otra que de niña la había marcado escuchar en una biblioteca pública la narración oral de la reina de las nieves, o bien la posibilidad de escoger entre un menú basto de lecturas de aventuras y misterio con autores como Stevenson o Verne.

Al final yo saqué en claro que tuvimos la fortuna de contar con cierta libertad y condiciones que nos permitieron gozar de ella, de imaginar, de interpretar el mundo, de narrarnos a nosotros y nosotras mismas la realidad.

Desde esa libertad es que yo escribo textos infantiles, aunque en realidad no pienso en el niño o la niña que leerá o escuchará mi narración. Pienso en el personaje, en su mirada del mundo, en el universo que se puede leer a través de sus ojos. Imagino entonces un alter-ego, ese otro yo, niña, niño o cualquier ser que también soy yo.

Me muevo entonces con la libertad de ser de muchas maneras cuando escribo, algo que no se puede conseguir si uno está muy aferrado a sí mismo, peor si uno se toma demasiado en serio. Por lo mismo, el texto –para mí- no debe ser matemático ni sagrado, sino flexible: fluir líquido como la imaginación misma.

En este sentido escribir desde twitter me ha significado toda una escuela, particularmente para textos infantiles. Los ciento cuarenta caracteres exigen esencia, construyen una economía despiadada de palabras que cincela el texto dejando sólo lo que realmente queremos decir.

Mi amigo el dragón se publicó originalmente desde mi cuenta de twitter, fueron trece tuits entrelazados bajo ese artilugio que aprendí de los mexicanos José Luis Zarate y Alberto Chimal: las microseries. El reto en estas es crear series de microrrelatos que pueden ser leídos por aparte o en su conjunto a través de un hilo común.

En este caso el hilo común es la premisa –bastante universal- de un niño que tiene un amigo dragón. A partir de la premisa yo me fuí preguntando como es ese dragón, que cosas hace, que situaciones pueden vivir juntos. Y me hago pequeño como el niño y me hago amigo de un dragón y voy tuiteando lo que voy viendo, lo que va pasando.

Pero luego me doy cuenta que no estoy jugando sólo yo, que cerca de ahí está Wen Hsu Chen retratando lo que mira, jugando ella también, ya no con un dragón sino con muchos dragones que a su vez juegan con muchos niños y niñas en una fiesta de colores y texturas.

Y de esos juegos nacieron bellas conversaciones, entre el texto digital y el texto impreso, entre Nicaragua y Costa Rica, entre mis manos que digitaron una historia en un celular y las manos de Wen que dibujaron, cortaron y pintaron un mundo de magia fantástica que superó totalmente mi imaginación.

Mi amigo el dragón es entonces un libro nacido de la libertad, de imaginar, de crear, de conversar.

Gracias Wen
Gracias Libros para niños
Gracias a ustedes

Alberto Sánchez Argüello

Managua 14 Agosto 2014

viernes, 25 de julio de 2014

EL CANTO DE BOSAWAS



La primera vez que visité peñas blancas fue en 1998, el año del Mitch. Caminé por el terreno que sería la base del Centro de Entendimiento con la Naturaleza y meses después fuí junto con Edgard Castillo y Marcos Agudelo a las laderas del Quilambé, en busca de bambusa guadua, une especie de bambú particularmente fuerte que serviría de bases para el Centro. En aquella época no tenía idea de que me encontraba en Bosawas.

Diez y seis años después Camilo De Castro Belli me invita a la premier del documental “Canto de Bosawas” producido por CaLé Producciones y Fall Line Pictures en alianza con Misión Bosawás y la Fundación Dúo Guardabarranco.

El filme narra el viaje de Ernesto “Matute” López, Isaac Weizer y Bob Sanders hacia Musawas, la capital del pueblo Mayagna, en busca de grabar las voces y sonidos de la música Mayagna.

Las primeras imágenes me transportaron a ese reino mágico de la nubliselva, con la neblina que difumina las copas de los árboles gigantes y los sonidos de una nación de pájaros. Un momento más para sentir esa perenne nostalgia por el agua fría y pura de miles de cascadas y esos olores a musgo y bromelias que se te pegan a la ropa, y sobre todo ese tiempo diferente de la montaña, en el que todo se detiene y se vive de acuerdo a los ritmos del sol y la luna.

El documenta te hace viajar, te lleva en avioneta, camión y panga, río abajo y río arriba, llenando la mirada de verde y de mayagnas, los habitantes originales de estas tierras que llamamos Nicaragua.

La narración es honesta al mostrarnos los obstáculos y las voces de los aventureros, mezcladas con las de los pobladores, permitiendo por un rato que se abra una ventana hacia otra tierra: la de los que resisten a los colonizadores, la de los que tercamente se aferran al bosque como si fuera su propia piel.

Me hizo falta escuchar la voz de las mujeres, ni siquiera la historiadora del arte que acompañaba la aventura tuvo participación en la narrativa, sólo el cántico de dos mujeres que estremece al inicio da alguna razón de ellas en la filmación. Una pena.

Quisiera haber visto más de aquella gente, pero el viaje tenía una misión y el filme la recoge con una calidad impecable de fotografía y edición. Ojalá sirva como ventana para muchas personas más y ojalá recordemos que todo está conectado, que el canto de bosawas es nuestro canto también.

Alberto Sánchez Argüello

Managua 25 Julio 2014

jueves, 10 de julio de 2014

¡NI UNA MAS!


La gente nos mira desde las paradas. Los buses y vehículos aguardan en silencio hasta que se les colma la paciencia y empiezan a sonar sus pitos exigiendo pasar. Cerca de nosotros está un grupo de policías, observando, esperando.

Y mientras vamos y venimos en uno de los nervios principales del tráfico de esta ciudad, mi hija grita junto conmigo “¡ni una más, ni una más, ni una asesinada más!” Ella tiene cuatro años y yo me pregunto que estará pensando de este tumulto de gente con pancartas y megáfonos que le piden a los y las managuas entender que el femicidio no debe ser visto como algo normal, que cada mujer asesinada tenía derecho a la vida, que la policía no debería prestarse al juego de reducir cifras para lavar la cara del gobierno.

Ella ríe, brinca en el asfalto y repite las consignas junto conmigo, yo quisiera platicarle tantas cosas que están pasando, pero no toca aún. Veo a la gente, a la niña vende agua que pide una candela en vaso para acompañarnos, a los jóvenes estudiantes que pasan entre nosotros sin tener idea de que está pasando. Y por supuesto a todos esos conductores que sólo están interesados en llegar a sus destinos sin contratiempos.

¿Es mucho pedir a la ciudad? Incomodar a la gente, sacarla de su rutina por unos minutos para que sepan que alguien en este país no se siente seguro, que no vamos a olvidar las muertes a cómo se estila en Nicaragua desde siempre…

Es más fácil quedarse en la burbuja propia, a mí también me gana seguido la cotidianidad y lo entiendo. Pero es necesario incomodarse, romper la idea de que todo está bien mientras yo esté bien, gritarle a Estado que deje de mentir, decirle a la gente que las mujeres no buscaron que las mataran, que no son 18 sino más de cuarenta y el número sigue escalando…

Entonces mi hija  me pide volver a casita, me toma de la mano y nos saca del asfalto donde mujeres de todas las edades siguen gritándole a la ciudad, rompiendo el silencio, diciendo “NI UNA MAS”

Alberto Sánchez Argüello

Managua 10 Abril 2014

lunes, 30 de junio de 2014

ASESINATOS A MUJERES: EL ABORDAJE DE LOS MEDIOS



En Nicaragua siguen matando mujeres a un promedio de una cada tres días, irónicamente en medio de esta ola de asesinatos atroces Managua es declarada Capital de la No Violencia contra las Mujeres, nombramiento hecho durante la realización de la sesión extraordinaria número 16 del consejo municipal capitalino, enmarcada en el Tercer Encuentro Regional Integradas con Seguridad por una Región Libre de Violencia hacia las Mujeres, que se estará desarrollando en nuestro país (19 Digital 27 de Junio 2014)

Luego la presidenta de la CSJ, Alba Luz Ramos, anunció una marcha para el 11 de julio como parte de la campaña para prevenir y reducir la violencia contra las mujeres. Ramos también anunció que se están haciendo coordinaciones con la Conferencia de Ministros de Justicia de los Países de Iberoamérica (Comjib) y el Sistema de Integración Centroamericana (SICA) para firmar convenios que permitan implementar un plan de búsqueda y captura de los asesinos de mujeres que huyen a los demás países de la región centroamericana.

Y todos estos esfuerzos están muy bien, lástima que no reconocen que fueron los movimientos feministas los primeros en poner el dedo en la llaga y los únicos en estar informando y denunciando públicamente el incremento de feminicidios y la campante impunidad de la mayoría de los casos.

Por otro lado los medios también han jugado un papel muy importante al estar informando sobre cada caso nuevo. Pero no me queda claro si el abordaje es siempre el más asertivo.

Todavía vemos noticias en las que se habla de “crímenes pasionales” y se cita a las autoridades policiales que declaran cosas como ““El móvil fue por celos del cónyuge de la víctima” (END 29 de junio de 2014) sin brindar un contexto o profundizar sobre el incidente.

El Observatorio de Medios de la Agencia Multimedia de noticias de México “Comunicación en Información de la Mujer AC” (CIMAC) publicó en el 2012 “Feminicidios en medios impresos 2011-2012 Por una cultura periodística con perspectiva de género” en el que ofrece un decálogo para  contribuir a la construcción de un periodismo incluyente y no sexista en el abordaje de los feminicidios:

1.- Investigar el caso.
2.- Contextualizar la violencia de género.
3.- Cuidar el lenguaje: eliminar adjetivos que califiquen la imagen de la víctima o justifiquen al agresor.
4.- Evitar mostrarlo como hechos aislados.
5.- Evitar móviles convencionales y jamás calificar como crimen pasional.
6.- Consultar opiniones de personas expertas, leyes y sentencias judiciales.
7.- Visibilizar la violencia de género como violación de derechos humanos.
8.- Evitar narraciones e imágenes escabrosas que alienten el morbo y hagan de la violencia contra las mujeres un espectáculo.
9.- Identificar claramente los tipos y las modalidades de la violencia contra las mujeres.
10.- Destacar las denuncias previas, los procesos judiciales pendientes, así como las órdenes de protección.

Ojalá los diferentes medios tomaran en cuenta este decálogo para evitar la multiplicación inconsciente de los patrones de violencia, y por el contrario contribuir a la deconstrucción de la cultura patriarcal que nutre cada asesinato.

Para quien quiera leer/descargar el documento completo este es el link:


Esperemos que las instituciones públicas asuman realmente un rol proactivo ante esta escaladas de asesinatos–que las declaraciones de la magistrada de justicia sean algo más que un efecto reactivo, de efectos meramente estéticos- y que dejen de antagonizar a los movimientos feministas y las organizaciones defensoras de derechos humanos.

Alberto Sánchez Argüello
Managua Nicaragua 30 Julio 2014

miércoles, 25 de junio de 2014

¡NO QUIERO!



Hace un par de días mi hijo mayor me contaba que tuvo una pelea en su escuela con un alumno de secundaria –él tiene 12 años- que le tocó defenderse y terminó quebrándole un par de dientes al muchacho. Yo le di el mismo sermón que le he dado por los últimos ocho años sobre la no violencia y la tolerancia. Fue hasta tiempo después en que caí cuenta sobre la manera en que me había narrado el incidente: fue como cuando me muestra sus video juegos de dragon ball y me cuenta con lujo de detalles cada técnica utilizada, cada llave, cada golpe, es más, había satisfacción en su historia.

Volví a verle y le hablé de mi hallazgo, tratando de no humillarlo ni sermonearlo, sólo invitándolo a reflexionar sobre el gozo implícito en su narración y de que las personas no somos como Goku, Picoro y Vegeta, que sentimos, que el cuerpo no es lo único que duele cuando nos golpean.

Ahora no vayan a pensar que me creo eso de que los video juegos y las animaciones violentas son las causas de la agresividad en los niños, si creo en la necesidad de mediar sobre ellas, hablar sobre la violencia y el uso de la fuerza…

Y es que acabo de leer sobre el asesinato de  Marisol del Carmen Martínez Montes, en el reparto Miralagos, comunidad Momotombo, en La Paz Centro, León.

La hija de cinco años de la mujer fue testigo del homicidio… ¡cinco años! Apenas un año menos que mi hija…

Este hecho lleva a 46 las mujeres asesinadas en lo que va del año en Nicaragua y a mí me revuelve el estómago pensar en esto ¿qué está pasando con nuestro país? ¿Que nos está pasando?

Mi mente se llena de categorías: se me viene el famoso asunto de los traumas psicosociales de la guerra, los terremotos, el Mitch, tantas muertes no procesadas, no digeridas, pero también las crisis económicas que llevan a las familias a la pobreza extrema –si no es que ya estaban ahí- generando estrés y desesperación; luego el aumento de la violencia y corrupción institucional que permea a toda la sociedad y la impunidad política que viene desde el ejemplo de un presidente  abusador y pasa por todos los casos de funcionarios acosadores y así hasta cubrir al mas último de los “hombres del partido” Y tampoco paso por alto el consumo de novelas en que la familia entera aprende sobre el hombre como el macho fuerte héroe incapaz de contener su violencia y a mujer princesa/reina de casa que tiene que temerle y adorarle… y así la lista de factores se vuelve interminable…

Y en el fondo, en el más oscuro de mis pesimismos, pienso que estos asesinatos son hijos de un patrón profundo en la psique colectiva, aquel que dice que en Nicaragua el fuerte gobierna y el débil obedece, so pena de muerte.

Yo seguiré en mi tarea de conversar con mis hijos sobre no vivir violencia, a no reproducir la violencia y así con todas las personas que pueda. La verdad me duele el pecho, no quiero vivir en un país en el que pasan estas cosas, no quiero que mi hijo se convierta en un agresor, no quiero que mi hija se convierta en una víctima, no quiero.


Alberto Sánchez Argüello

Managua Nicaragua 25 Junio 2014

jueves, 12 de junio de 2014

EL JEEP



En 1960 el coronel Germán Sánchez Jiménez compró un Jeep Land Rover traído por barco desde Inglaterra. Ese sería el vehículo que lo llevaría a su puesto de subdirector de Telcor encomendado por Anastasio Somoza García –y que conservaría hasta el momento de la revolución-

Sospecho que mi abuelo jamás imaginó que aquel jeep pasaría 54 años caminando, cuatro años más allá del tiempo que tarda en sincronizarse el Calendario Haab del ciclo solar y el Tzolkin de la cuenta lunar maya.

Para el año 2006 parecía que no volvería a caminar: yacía abandonado al polvo en casa de mis padres, soñando con los días en que viajaba entre la casa de mis abuelos de Jinotepe a Managua y sus ocasionales giras a la playa del tránsito para las semanas santas en que me entregaba al mar como si no hubiese mañana.

Pero ese mismo año un asalto a golpes en el interior de un taxi me hizo pensar en él...

Y lo reviví…

Lo convertí en mi fortaleza móvil, una piel de aluminio sobre mi piel para no volver a recibir golpes, para no sentir otra vez el terror de ser abandonado en un callejón al lado de la vieja aceitera Corona, por el cementerio central.

Ahora uso el mismo asiento que ocuparon mi padre y mi abuelo antes de mí y navego Managua, quemando tanto combustible que mí billetera sangra.

Cuando veo ese metal rayado con la pintura mostaza ya comida por tantos soles que lo han visto caminar, miro a mi abuelo, ese hombre de anteojos gruesos que leía en una mecedora en Jinotepe y que recuerdo vagamente de algunos almuerzos dominicales. 

Me digo entonces que es una reliquia que llegó a mí por sucesión masculina y me niego absurdamente a planificar su venta.

A veces hasta me construyó la justificación de sentirme conectado con mis ancestros Glenton, esos comerciantes ingleses que llegaron al Realejo en el siglo XIX  y que junto a los Manning y Foerster monopolizaron el comercio del Pacífico.

Pero al final sé que estoy apegado a una masa de metal con engranajes que ya no debería seguir moviéndose…

Y sin embargo se mueve.


Alberto Sánchez Argüello
Managua 12 Junio 2014

Foto: Lilliam Corea

miércoles, 7 de mayo de 2014

EXILIARSE DE LA VIDA


King Jeremy the wicked 
Oh, ruled his world”

En secundaria la vida era un alquitrán que me  llegaba hasta la cintura. Cada día una lucha para dejar atrás una rutina absurda que se repetía hacia el futuro como un pasillo de espejos deformes. Mi cordura reposaba en imaginar las múltiples formas de suprimirme de la ecuación, sopesando el dolor y la dificultad, pero siempre hallando tranquilidad en aquel pensamiento que me hacía recuperar –en mi imaginación- el control sobre el infierno de vivir con mis padres y el odiado circuito de mis compañeros de escuela.

Muchas veces me imaginé llegando con un AK-47 al aula de clases. Menos mal que nunca tuve una a mano, ni siquiera sabía cómo usarla. Me consolaba con producir pequeñas secuencias de horror, sólo para mí, al final de días particularmente malos.

Tal vez mis pensamientos tenían origen genético, nada extraño tomando en cuenta tanta muerte familiar, desde el tío abuelo leones que se durmió en los rieles del tren hasta el desgarrador disparo de mi tío Benjamín que empapó toda mi vida con su sangre. Y mi madre, con sus inútiles intentos de no volver a despertar a base de paquetes de pastillas –mi padre tumbando la puerta del cuarto principal, mi madre pesada, cuerpo desencajado, como muñeca de trapo-

En ocasiones, de tanto imaginar un mundo sin mí, era como si ya no existiese: me exiliaba de la vida y todo seguía igual: la realidad era el mar y yo una huella impresa en arena. Me llenaba de un silencio de mil años, alojados a lo largo de mi cuerpo flaco, sin consuelos, sin fantasías, sólo la nada.

Hasta que todo volvía a empezar…

Con el tiempo, una voz irrumpió en el silencio: mi propia voz que hablaba de un futuro en el que todo esto sería sólo un recuerdo, una memoria sin dolor, el preámbulo de una vida plena, el pasado de un hombre feliz.

Ahora sé que a veces pensar la muerte es lo que nos mantiene vivos.

Alberto Sánchez Argüello
Managua 7 Mayo 2014

Imagen: fotograma de "Jeremy" Pearl Jam 1991

sábado, 3 de mayo de 2014

TERREMOTOS


Me cuenta mi padre que aquella fatídica noche de sábado de diciembre de  1972, se encontraba durmiendo en casa de su hermano Germán, al lado de la casa de sus padres en el barrio San Sebastián. Dice  que pasada la medianoche se despertó sobresaltado con una voz interior que le dijo que tenía que salir de inmediato de la casa. Salió corriendo en calzoncillos y descalzo, hasta que su carrera fue detenida por la cerca externa, que estaba cerrada.

Desde ahí miró la caída del colegio Calazans como si fuera una baraja de naipes. Pensó que estaba soñando porque todo ocurría lento, incluso la caída de los pisos de la escuela. Tardó en darse cuenta que la casa había caído hasta quedar el techo a la altura de su espalda, dejando unos cuantos centímetros de distancia entre él y la muerte.

Caminó al encuentro de sus padres y le señalaron las huellas de sangre que iba dejando en el piso: eran las heridas de sus pies desnudos cortados por los trozos de vidrio de la calle. Él no sintió nada.

A varios kilómetros de ahí mi madre recibió el terremoto en el hospital psiquiátrico –entonces llamado Hospital de Enfermos Mentales- en las afueras de Managua. Ella nunca me contó nada de aquella noche, sólo sé que unos familiares se la llevaron al día siguiente a Chichigalpa, lejos de las réplicas y los cadáveres de la ciudad.

Viviendo con ellos siempre fue notable sus reacciones tan distintas ante los temblores que Managua nunca deja de proveer: mi padre pasivo, siempre diciendo que la casa de madera que él diseñó en las brisas es a prueba de sismos, mientras ella gritaba y corría desesperada, buscando salir a la calle.

Ahora me pregunto que habría sido de mi madre en estos días de alertas rojas y lunas de sangre. En un universo paralelo -en el que ella sobrevivió al cáncer del páncreas- estoy seguro de que habría entrado en una de sus crisis nerviosas.

¿Qué sentiría mi madre? tal vez recordaba el cielo rojo sobre el hospital y los pacientes alucinados aullando de desesperación cuando la tierra empezó a mecerse y las mallas cortaron su carrera desenfrenada hacia la nada.

Al final cuando la tierra se activa, también se activa la memoria.


Alberto Sánchez Argüello
Managua Nicaragua 3 Mayo 2014


Imagen: Foto El Nuevo Diario


viernes, 14 de marzo de 2014

EL HORROR


Mildred se sienta frente a mí y empezamos una charla contrarreloj, sin mayores rodeos ni calentamientos, como si ya nos conociéramos, pero así pasa en la vida 2.0, al menos para nosotros los que vivimos online.

Estoy hablando de Mildred Largaespada, esa fuerza de la naturaleza que da vida desde Madrid -con su corazón sembrado en Nicaragua- al maravilloso blog de 1001 y un trópicos. Ahora, en Managua, yo no dejo respirar la mañana y le lanzo pasado, presente y futuro como si no hubiese barreras entre ellos.

Me dice que ella me lee, pero que a veces, cuando publico un texto de esos siniestros se da cuenta de entrada y se detiene. Me pregunta que como puede ser que con esta cara que tengo escriba esas cosas, yo me defiendo acusando la mala influencia de Stephen King, que por supuesto es herencia de mi padre.

La pregunta, sin embargo, se queda rondando mi mente y me pongo a pensar si no habré caído en ocasiones en el lugar común de convertir la muerte y el horror en el punchline de mis textos, un efectismo diría mi amiga ecuatoriana Solange Rodríguez Pappe. Pero “Psicosis”, mi primer cuento, que data de 1990, narra la historia de un hombre que mata a toda su familia y luego se suicida, para ese entonces yo tenía 14 años y aún no había leído ningún libro del autor del resplandor.

Puedo inventarme muchas respuestas al origen de mis escritos perversos, pero sé que la verdad está detrás de todos los silencios familiares, la suma de temores a no decir aquello que corrompe la felicidad de postal que nos venden desde niños, y en el caso de mi país, el cementerio de genocidios de derecha e izquierda que fracturan la memoria de una sociedad que usa el silencio y el olvido como mecanismos de sobrevivencia… esa es también mi herencia.

Para mí el verdadero horror está en los cuartos oscuros en que familiares violan a incontables niñas en nuestro territorio, en las mujeres asesinadas por hombres que creen que son sus dueños, en los políticos y gobernantes que una madrugada mandaron a golpear y aterrorizar a chavalos y chavalas que apoyaban a un grupo de ancianos… en el turismo sexual de una ciudad colonial, en el abuso perpetrado por religiosos, en el tráfico de chavalas hacia México y Guatemala.

El encuentro con esta gran bloguera que es Mildred Largaespada me hizo pensar pues en el horror, al que trato en ocasiones en mis escritos, talvez es una forma de canalizar eso que repta bajo la piel inconsciente de mi país, o talvez simplemente repta dentro de mí.

Alberto Sánchez Argüello

Managua 14 Marzo 2014