jueves, 12 de junio de 2014

EL JEEP



En 1960 el coronel Germán Sánchez Jiménez compró un Jeep Land Rover traído por barco desde Inglaterra. Ese sería el vehículo que lo llevaría a su puesto de subdirector de Telcor encomendado por Anastasio Somoza García –y que conservaría hasta el momento de la revolución-

Sospecho que mi abuelo jamás imaginó que aquel jeep pasaría 54 años caminando, cuatro años más allá del tiempo que tarda en sincronizarse el Calendario Haab del ciclo solar y el Tzolkin de la cuenta lunar maya.

Para el año 2006 parecía que no volvería a caminar: yacía abandonado al polvo en casa de mis padres, soñando con los días en que viajaba entre la casa de mis abuelos de Jinotepe a Managua y sus ocasionales giras a la playa del tránsito para las semanas santas en que me entregaba al mar como si no hubiese mañana.

Pero ese mismo año un asalto a golpes en el interior de un taxi me hizo pensar en él...

Y lo reviví…

Lo convertí en mi fortaleza móvil, una piel de aluminio sobre mi piel para no volver a recibir golpes, para no sentir otra vez el terror de ser abandonado en un callejón al lado de la vieja aceitera Corona, por el cementerio central.

Ahora uso el mismo asiento que ocuparon mi padre y mi abuelo antes de mí y navego Managua, quemando tanto combustible que mí billetera sangra.

Cuando veo ese metal rayado con la pintura mostaza ya comida por tantos soles que lo han visto caminar, miro a mi abuelo, ese hombre de anteojos gruesos que leía en una mecedora en Jinotepe y que recuerdo vagamente de algunos almuerzos dominicales. 

Me digo entonces que es una reliquia que llegó a mí por sucesión masculina y me niego absurdamente a planificar su venta.

A veces hasta me construyó la justificación de sentirme conectado con mis ancestros Glenton, esos comerciantes ingleses que llegaron al Realejo en el siglo XIX  y que junto a los Manning y Foerster monopolizaron el comercio del Pacífico.

Pero al final sé que estoy apegado a una masa de metal con engranajes que ya no debería seguir moviéndose…

Y sin embargo se mueve.


Alberto Sánchez Argüello
Managua 12 Junio 2014

Foto: Lilliam Corea

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